martes, 24 de septiembre de 2013

Sobreviviendo


CÓMO SOBREVIVIMOS EN NUESTRA INFANCIA?
Si viviste de niño en los '60, los '70 o principio de los '80..¿Cómo hiciste para sobrevivir?


1.- De niños andábamos en autos que no tenían cinturones de seguridad, ni bolsas de aire...
2.- Ir en la parte de atrás de una camioneta era un paseo especial y todavía lo recordamos.
3.- Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores de pintura a base de plomo.
4.- No teníamos tapas con seguro contra niños en las botellas de remedios, gabinetes o puertas.
5.- Cuando andábamos en bicicleta no usábamos casco ni protectores de ninguna naturaleza.
6.- Tomábamos agua de la manguera del jardín y no de una botella de agua Avían...

7.- Gastábamos horas y horas construyendo unos carritos hechos de chatarra y los que tenían la suerte de tener calles inclinadas los largaban ladera abajo y en la mitad se acordaban que no tenían frenos . Después de varios choques contra los árboles o cordones aprendimos a resolver el problema.
.
8.- Salíamos a jugar con la única condición de regresar antes del anochecer.
9-Patinabamos con unos patines de rueditas de hierro que hacian más ruido que otra cosa, pero cuanto nos divertiamos, y los patines te duraban hasta que decidias dejar de patinar….o se los heredabas a tu hermanito menor….
10.- El colegio duraba hasta el mediodía , llegábamos a casa a almorzar . No teníamos celular... así que nadie podía ubicarnos. Impensable .
11.- Nos cortábamos , nos rompíamos un hueso , perdíamos un diente , pero nunca hubo una demanda por estos accidentes. Nadie tenía la culpa sino nosotros mismos.
12. El vecino nos podia regañar y esto no significaba ninguna demanda civil o penal……Y haciamos Caso… no teniamos ninguna linea de auxilio a quien llamar… si nos daban algun chancletazo por traviesos…..
13.- Comíamos Galleton, chicle pepito , pan y con mantequilla , tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso porque siempre estábamos afuera jugando...
14- Compartíamos una bebida entre cuatro... tomando en la misma botella y nadie se moría por eso
15.- No teníamos Playstations, Nintendo 64, X boxes, Juegos de vídeo , 99 canales de televisión en cable , videograbadoras , sonido surround, celulares personales, computadoras , chatrooms en Internet ... Direct Tv. ADSL. GCM, DVD, VCD que se yo… Sino que TENÍAMOS AMIGOS.
16.- Salíamos , nos subíamos en la bicicleta o caminábamos hasta la casa del amigo , tocábamos el timbre o sencillamente entrábamos sin tocar y allí estaba y salíamos a jugar.

17.- ¡Ahí, afuera!, ¡En el mundo cruel ¡Sin un guardián! ¿Cómo hacíamos?. Hacíamos juegos con palitos y pelotas de papel, arrolladas de cierta manera, en algún equipo que se formaba para jugar un partido; no todos llegaban a ser elegidos y no pasaba ningún desencanto llevado a trauma. Esperábamos y se no picaba después…..
18.- Algunos estudiantes no eran tan brillantes como otros y cuando perdían un año lo repetían. Nadie iba al psicólogo, al psicopedagogo, nadie tenía dislexia ni problemas de atención ni hiperactividad, no tenia que darse medicación especialicima, o unas clases de enfoque parabólico, que se yo…. simplemente repetía y tenía una segunda oportunidad. Y nadie dejaba de ser tu amigo por eso al contrario….te aguantaste los vacilones alguna vez pero seguías jugando en el cuadro….

19. Jugabamos al escondido,y uno dos tres pan con queso, de noche…. y nadie salía acuchillado por jugar en la calle…..No teníamos rock cafes, malls, ni multicentros , ni cafes Internet….para ser felices,, solo nos reuniamos a echar cuentos, y era gratis….


20.- Teníamos libertad , fracasos , éxitos , responsabilidades ...y aprendimos a manejarlos.
La gran pregunta es ¿como hicimos para sobrevivir? y sobre todo para ser las grandes personas que somos ahora
¿Eres tu uno de esa generación?
entonces enviá este mensaje a tus conocidos de tu misma generación o a gente más joven para que sepa cómo éramos antes de que la "seguridad" y el yupiyismo…. fuera el valor más importante

Seguro que algunos modernos nos dirán que éramos unos aburridos pero.....


ÉRAMOS FELICES! No Jodan!!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Es mejor tener esperanza.



Quien tiene esperanza, tiene energía positiva, que le impulsa cada paso, a esperar, aunque no sepa de que manera lo obtendrá, y a tener confianza en que Dios le llevara por el camino correcto.  Quien aprende a creer en aquello que no puede ver, a sentir, a emocionarse con la certeza de que al final todo saldrá muy bien, Tiene una vida plena, su horizonte se dibuja claro, y su rumbo no se convierte en desaciertos y sinsabores. Disfruta tus logros, acepta las derrotas, remontate sobre aquello que no haz conseguido, y sigue teniendo esperanza. Dios nunca te abandona, siempre esta a tu lado, siempre cuidara de ti. Mírate en los ojos de quien amas, y veras la sonrisa de Dios, abraza con orgullo a tus hijos y sentirás el abrazo fuerte de Jesús diciéndote que te Ama. No permitas que aquellos que no tienen esperanza, y que no tienen fe, apague tu felicidad y tu dicha. Es mejor tener una lampara encendida, que caminar en la obscuridad, pensando que conocemos por donde vamos. Enciende tu camino, se luz donde te encuentres. Ten alegría de cada día que se te presenta, Dios tiene infinitas formas de mostrarte que existe, y de que comprendas cual es la razón de tu existencia, sin entuertos, sin cesiones mágicas, sin sufrimientos, solo con motivos, con animo, con rayos de luz, con amor, con alegría, con paisajes hermosos, con Paz.

domingo, 4 de agosto de 2013

Gestión del caos y caos de la gestión

El liderazgo caótico






En el mundo de las organizaciones, muchos líderes y gente con mando, dicen dedicar gran parte de su tiempo a la gestión de la incertidumbre y, sobre todo, a lo que denominan la gestión del caos. En el caso de algunos directivos,. administradores, o generadores de cambio, esa gestión del caos suele ser consecuencia directa del caos de su gestión. Éste podría definirse como la cantidad de problemas colaterales que un líder genera al tratar de resolver otros, reales o inventados consciente o inconscientemente. Hay líderes cuya principal habilidad es la de crear problemas adicionales por cada uno de los que tratan de resolver.

De la misma forma que un líder autoritario o destructivo necesita buscar enemigos para desempeñar su gestión y termina por encontrarlos, el líder caótico, deliberadamente o no, procura generar caos para así desarrollar el caldo de cultivo en el que acostumbra a trabajar. No es fácil ayudar al líder generador de caos a organizarse mejor. Es recalcitrante y persistente en sus actuaciones, pues son éstas las que generan su principal trabajo de gestionar con más caos el caos creado. En forma de metáfora, su patrón de actuación tiene lugar en tres tiempos. Primero, levanta polvaredas. Segundo, se queja de que los demás no saben cómo tratarlas y no ven claro. Finalmente, termina revolviendo más todo el polvo, reiniciando el ciclo y su dinámica, que termina siendo explosiva.

Los esquemas mentales del líder caótico tienen mucho que ver con el hecho de que, en la vida, encontramos finalmente lo que en el fondo buscamos, o, curiosamente, lo que, a veces, tratamos de evitar. De esta forma, crear un problema para "resolverlo" después puede tener las mismas consecuencias que las de tratar de anticipar y evitar un problema para así garantizar que éste perdure. La profecía de un suceso suele terminar en el suceso de la profecía. Edipo cumplió el destino de matar a su padre y casarse con su madre precisamente por conocer la profecía, creérsela y tratar de huir de ella desesperadamente. Lo que hizo para esquivarla fue lo que llevó al cumplimiento de lo que había dicho el oráculo. Si Edipo no se hubiera enterado de su destino no lo habría cumplido. Freud y sus seguidores psicoanalistas habrían quedado sin uno de sus principales paradigmas.
Como manual de ayuda a líderes caóticos y para garantizar que la gestión del caos desemboca en un auténtico caos de la gestión, sugerimos poner en marcha tres mecanismos que, bien asumidos y aplicados, aseguran el éxito y crecimiento de un caos permanente y garantizan su eterna gestión y lucha para hacerlo desaparecer. De ésta manera, como hemos dicho, lograremos que la profecía de un suceso dé lugar al suceso de la profecía: "¡Si esta organización es un caos lograremos que este caos crezca y perdure al tratar de eliminarlo!". Éste sería el mecanismo inconsciente básico. Se aplica en tres fases secuenciales:

1. Aferrarse a una creencia, convicción, predicción o expectación de que las cosas evolucionarán en este sentido y no en otro, y que si todo sigue igual, las cosas irán a peor: "Esta compañía es poco operativa en varias áreas que hay que dinamizar. No podemos seguir así".

2. La expectación no es una simple expectación. Ha de verse como una realidad inminente contra la que hay que tomar enseguida medidas para evitarla. Se buscan soluciones lo más rápido posible. La solución elegida, que suele ser "definitoria", es la preferida de los líderes caóticos, y se caracteriza porque con ella no sólo se "elimina" en apariencia el problema, sino también todo lo que hay alrededor de él. Se abate al faisán de un disparo que también alcanza a algún colega cazador. En términos médicos sería algo así como "La operación ha sido un éxito, aunque el paciente se está muriendo". Esta solución unilateral genera nuevos problemas o efectos colaterales que, lógicamente, requieren nueva atención y dedicación.

3. Si el "éxito total" no se ha alcanzado todavía, ello se debe a que "no se ha insistido suficientemente" en lo que hasta ahora se ha hecho, pues la predicción es tanto más convincente cuanto más personas la compartan y cuanto más problemas adicionales vayan apareciendo por los hechos consumados: "Aunque la nueva organización no marcha del todo bien y han surgido otros problemas, la estructura anterior era insostenible. ¿Dónde hubiéramos ido a parar con ella? Hay que seguir trabajando con mayor intensidad." Más de lo mismo.
Una vez se han puesto en marcha todos los mecanismos es difícil detenerlos. Los hechos consumados y los problemas generados con las soluciones definitorias son tan grandes y graves a veces que hacen olvidar las causas que los originaron y ya no vale la pena volver a ellas. La atención se centra en resolver los nuevos problemas generados por el líder del caos. El mejor y por desgracia más desdichado ejemplo de toda esta dinámica, en el mundo de la política, sigue presente en la guerra de Irak.

Así se cierra el bucle y se escribe la ecuación entre la profecía del suceso y el suceso de la profecía. Con la "solución definitoria"se "resuelve" el problema, pero aparecen otros nuevos, no previstos en el diseño, con los que sigue el caos. Con su mente unilateral o mecánica, el líder caótico no quiere o le cuesta entender los problemas colaterales que causa su gestión y parte de su manera de ser se genera de su mismo estilo no lineal de comportarse.

Como sucede con el estrés y con la ansiedad dentro de la organización, al explorar el caos hay que esforzarse en distinguir qué parte de ese caos es el normal, consustancial e inherente a la ejecución de la tarea, y cuál es el artificialmente generado y desarrollado por el líder caótico.

Será necesario aceptar la impredecibilidad del caos, en vez de resistirnos a ella. Cuando hay caos hay mucho más sutilezas y ambigüedad, que situaciones concretas, claras o lineales. Es como que existe la necesidad de dar a luz a un nuevo sistema que puede ser aleatorio en el corto plazo pero determinista en el largo plazo.
Como dice Douglas Hofstaedter, uno de los matemáticos que más intensamente se ha ocupado del tema: "Sucede que una misteriosa clase de caos acecha detrás de una fachada de orden, y que, sin embargo, en lo más profundo del caos acecha una clase de orden todavía más misterioso".
El caos y los sistemas caóticos no implican necesariamente desorden en el sentido literal y
popular de la palabra; los sistemas no lineales son sistemas irregulares, altamente impredecibles, que se manifiestan en muchos ámbitos de la vida y la naturaleza, pero que no se puede decir que tengan comportamientos sin ley, dado que existen reglas que determinan su comportamiento, aunque éstas sean difíciles de conocer en muchas ocasiones.



Aún existen leyes naturales  deterministas, pero se considera que operan de una manera circular en la cual el desorden conduce al orden y el orden, al desorden. La visión simple del mundo deja paso a otra, 
esencialmente compleja y paradójica. 

Esta nueva ciencia  del caos, ha recibido el nombre de dinámica no lineal, o teoría de la complejidad, y el aspecto que más ha atraído la atención del público es lo que se denomina teoría del caos. Esta designación es, quizá, poco afortunada, porque en su sentido más popular la palabra “caos” connota un pandemónium total y absoluto, puro azar y confusión. Pero éste no es el significado del término para los científicos. Ellos entienden por caos una mezcla intrincada de orden y desorden, de regularidad e irregularidad: patrones de comportamiento que, si bien son irregulares, resultan reconocibles como amplias categorías conductuales o arquetipos, dentro de los cuales existen incontables variedades individuales. Algunos dichos populares reflejan la omnipresencia de ese caos en los asuntos humanos; por ejemplo: “La historia se repite a menudo, pero nunca lo hace dos veces de la misma manera”.la complejidad y el caos podría proporcionarnos una comprensión más profunda del funcionamiento de las organizaciones humanas y las economías. La dinámica caótica pone de relieve la incertidumbre El estudio de la dinámica caótica llama la atención acerca de la incertidumbre. En consecuencia, lo que está en juego es mucho más que el simple riesgo. En este universo no se puede aplicar eficazmente el cálculo de probabilidades a los acontecimientos inciertos, porque la auténtica incertidumbre implica el desconocimiento de los problemas futuros o de su posible solución En un mundo caótico, el futuro económico a largo plazo es inherentemente incognoscible. No se lo puede predecir ni planificar de manera eficaz, excepto en términos muy generales. En consecuencia, la política debe estar orientada hacia el establecimiento de condiciones que permitan a los agentes económicos adaptarse a los cambios y ser creativos; esto se aplica tanto a las empresas como a las economías. Los mercados competitivos desempeñan un papel muy importante en este proceso. A diferencia de los sistemas planificados, favorecen la adaptación espontánea. - La investigación en las ciencias naturales demuestra que para que un sistema pueda ser innovador, debe operar en el límite del caos. Aquí, los vínculos entre las acciones y los resultados a largo plazo se pierden en medio de los pormenores de la interacción.
Lo mismo puede decirse de los sistemas sociales y también de los económicos. En estos últimos, el agente elige su acción siguiente, pero no puede elegir el resultado a largo plazo. Las economías que favorecen la adaptación son las que se manejan mejor en condiciones caóticas La teoría del caos sugiere que en la realidad las empresas, y por ende las economías, evolucionan describiendo complejas trayectorias temporales cuya plena comprensión está fuera de nuestro alcance. Las que se muestran capaces de alcanzar el éxito son aquellas que están abiertas a los cambios y, al mismo tiempo, pueden contener las tensiones económicas y sociales resultantes. 
Para lograr esta “tensión creativa”, este orden dentro del desorden, hacen falta instituciones y normas de conducta que promuevan la adaptabilidad. Las políticas económicas y sociales de los gobiernos, sobre todo, deben complementar el cambio de la economía, no entrar en conflicto con él. Esto plantea el problema de 
las políticas que reducen la capacidad de adaptación de la economía, entre ellas las regulaciones, el monopolio y los impuestos excesivos, en cuanto a que disminuyen la voluntad o la capacidad de los agentes económicos para innovar o para cambiar su conducta.
El estudio de la dinámica caótica exige a los empresarios, los economistas y los políticos una reevaluación de gran parte de los conceptos existentes acerca del modo como actúan los agentes económicos. Requiere de ellos el tipo de aprendizaje de circuito doble que hace falta cuando el modelo mental del mundo que comparten deja de ser adecuado. El reconocimiento de la dinámica caótica lleva a cuestionar el paradigma mental de las relaciones económicas vigente y a plantear la necesidad de cambiarlo.

sábado, 27 de julio de 2013

El que camina si dejar huella no sirve para nada.



Palabras del Cardenal Bergoglio a los jóvenes - 
Solemnidad de Corpus ChristiSé el esfuerzo que hicieron de todo el día para venir caminando. Atravesaron la ciudad. Caminaron para dar un mensaje. Un mensaje de compromiso. Un mensaje que quiere dejar huella. Porque en la vida, chicos, ¿saben qué? El que camina sin dejar huella no sirve para nada.

En la vida hay que caminar como caminó Jesús: dejando huellas que marquen la historia. Huellas que dejen descendencia. No se puede andar la vida a bordo del skate. Patinando no: dejando huellas. Eso es comprometiéndose. ¿Con quién?  Con Cristo.

Estar enganchados con Cristo: engánchense. El asunto está en con quién se enganchan. Con alguien que le dé sentido a la vida de ustedes. Que no les mientan. Que no los engañen. Que no les digan “llevala en el bolsillo”, total ahora se puede, lo que no se puede es venderla. La podés tener en el bolsillo y te la traen los ángeles del cielo…Hay gente que se dedica a corromper. No se enganchen con eso aunque les doren la píldora. Aunque les prometan mil cosas. Engánchense con Jesús. Están prendidos a la imagen de la Virgen. Todos tienen una imagen de la Virgen. Prendidos a la Virgen, enganchados con Jesús.
Enganchados con el Señor que hace que yo, al caminar, deje huellas. Huellas que van a aprovechar otros que vienen detrás. Marcando un rumbo de vida con mi testimonio, con mi sacrificio, con mi entrega total al Señor que está marcando nuestras vidas.
No patinen la vida porque se van a patinar la cabeza. Es muy triste pasar la vida y terminar estrolado.
Engánchense con Jesús y no le tengan miedo a los mercaderes de la muerte que acá, muy cerquita, están pensando cómo hacer que a muerte llegue de una manera razonable.
Son los señores de la razonabilidad. Todo es razonable y Jesús es el Señor de la locura. Y los quiere locos por la vida. Y los quiere locos para que den vida a los demás, para que sean fecundos. Para que no terminen estrolados en una casa de salud.

Sigan adelante.
Marquen huella en la vida.
Engánchense con Jesús y no le hagan caso a ninguno de estos mercaderes de la muerte. Que si les gusta que la tomen ellos.

Ustedes engánchense con Jesús y dejen huella en la vida.

Plaza de los Dos Congresos - Ciudad de Buenos Aires
9 de junio de 2012

sábado, 20 de julio de 2013

Education is what makes us fully human


Education is what makes us fully human




Education is what makes us fully human  Alain de Botton attacks the notion only skills, not wisdom, can be taught. This is a mistake, he argues. Philosophy, literature, history, art and film can prepare us for life's most difficult challenges.




Accumulating "hard facts" counts . . . and so should a knowledge of what makes for balance and personal growth. Photograph: Irina Rozovsky, Untitled (One to Nothing), (2011)

I want to suggest that what makes us fully human is education. Education gets taken seriously in our society. Politicians speak about it constantly, as do other public figures. At the moment, the consensus is that education needs to get better, by which people mean that our exam results have to get more impressive and that we have to become more skilled at competing with other countries, especially China – and particularly in maths. In this account, the point of education is to make you a good worker, able to pull in a good salary and help the GDP of the nation.

This is a great ambition – but is it the only ambition we should have for education? I want to argue that the true purpose of education is to make us fully human. By this, I mean that education should help us with the many ways in which we end up less than we can be. Entering adult life without any technical or professional skills is a disaster, for oneself and society, but there are other, equally problematic ways to be. And the one that interests me is emotional health. I think our education system leaves us woefully unprepared for some of the really big challenges of adult life, which include:
how to choose a life partner;
how to manage a relationship;
how to bring up children;
how to know ourselves well enough to find a job we can do well and enjoy;
how to deal with pressures for status;
how to deal with illness and ageing.

If you took any of these problems to a school or university in the land, the teachers would look a bit scared and tell you to go and talk to a GP or a therapist. There are plenty of insights out there – they’re on websites and in books, films and songs – but rarely are they presented systematically to us. You can be in your late fifties by the time you finally come across stuff you needed to hear in your late teens. That’s a pity. We have constructed an intellectual world in which educational institutions rarely let us ask, let alone answer, the most serious questions of our deeper human nature. We shouldn’t be surprised at the levels of divorce, mental breakdown and sheer unhappiness in the nation. We aren’t taking these issues seriously. It’s very im - portant to know the capital of New Zealand and the constituents of the periodic table, but such facts won’t enable one to sail through life unscathed.

What we need above all is to grow more familiar with the idea of transmitting wisdom down the generations. That’s one of the key roles of education, in my eyes.

The purpose of all education is to spare people time and error. It’s a tool whereby society attempts to teach reliably, within a few years, what it took the very brightest and most determined of our ancestors centuries of painful effort to work out.

We accept this principle when it comes to science. We accept that a university student enrolled today on a physics degree can, in a few months, learn as much as Faraday ever knew – and within a couple of years will be pushing at the outer limits of Einstein’s unified field theory. This same principle tends to meet fierce opposition when it comes to wisdom. Here educationalists often say that wisdom is not something that one person can ever teach another. But it is: there is more than enough information about overcoming folly, greed, lust, envy, pride, sentimentality or snobbishness in the canon of culture. You can find answers in philosophy, literature, history, art and film. But the problem is that this treasury is not sufficiently well filleted and skilfully dissected to get the good material out in time.

No existing secular institution sets out to teach us the art of living. Religions of course have a shot at this – they constantly want to teach us how to run a marriage or find the meaning of life. They are not wrong to do so. It’s just that more and more of us aren’t convinced by their specific explanations. What they are trying to do, however, is hugely important and something that non-believers should learn from.

In my ideal school of the future, you might learn about geography and maths, but you would also be taught about the big challenges of life: how to be a good partner, how to stay sane and how to put the small amount of time we all have on this planet to the best possible use.

These are subjects that we need to monitor with all the manic attention we currently give our maths scores. At the end of the day, they are as important, if not more so, in deciding whether this country will be a flourishing and happy place.

Alain de Botton’s most recent book is “Religion for Atheists” (Penguin, £9.99).

This article is the eleventh in our “What Makes Us Human?” series, published in association with BBC Radio